Con algoritmos y optimizaciones varias por plataforma, los sitios de virales inundan internet, en la búsqueda de una audiencia que consuma la tendencia que domina sus redes. Mientras que muchos de los que controlan estos sitios web son personajes esquivos, el diario más grande de España, El País, creó una página que intenta reconciliar lo divertido de los contenidos virales con la confianza que despierta un periódico de tradición.
El sitio, llamado Verne, en homenaje al escritor Julio Verne, es una mezcla de narrativas en primera persona, artículos explicativos, juegos de preguntas y videos sociales nativos.
“La nueva dirección [de Prisa y El País] tenía muchas ganas de probar algo nuevo, se dieron cuenta que había un hueco que llenar”, dice su fundadora Delia Rodríguez, actual directora de interacción con la audiencia en Univisión Digital.
Verne se lanzó en septiembre de 2014 y en 6 meses el sitio alcanzó un pico de audiencia de 6 millones de usuarios únicos al mes, dijo Rodríguez. Verne se negó a declarar números de tráfico actuales. Más del 60 por ciento del tráfico de Verne proviene de redes sociales, especialmente Facebook.
La premisa detrás de Verne es simple: crear historias que provoquen emociones, que den ganas de compartir. Lo que diferencia a Verne de otros intentos virales similares es lo serio que se toma su misión: el chequeo de la veracidad de las fuentes y los datos, y el asegurarse de estar bien informados y ser honestos con su audiencia.
“Compartíamos una cultura de redacción pequeñita”, recordó Rodríguez, “éramos libres como para publicar un video absurdo, para poder reírnos, nos sentíamos seguros”.
Desde que Verne nació, su equipo dobló su tamaño, que comenzó con tan sólo cinco miembros, que trabajaban en una planta separada del resto de la redacción de El País. Verne ahora tiene 10 periodistas, incluidas dos personas que trabajan desde México.
En esos días del comienzo, Verne disfrutaba la libertad de trabajar de forma separada del resto de la redacción principal. Los periodistas de Verne usaban pizarras para delinear nuevos formatos de historias y para probar nuevos conceptos. Ahora, que Verne ha madurado, sus miembros están más integrados con el resto del periódico: comparten el mismo espacio de la oficina con el resto de la redacción de El País, un resultado que los cronistas de Verne percibieron como una evolución natural de esta relación.
“Verne sirvió como un laboratorio dentro de El País”, cuenta Lucía González, que hoy está al frente de Verne y que se unió desde sus inicios. “Incorporamos de a poco nuevas dinámicas y diferentes formas de hacer reporterismo de internet.”
El País dice que Verne es redituable, aunque no dieron más detalles. El equipo comercial de El País vende avisos de display (banners) y publicidad nativa, ésta última diferenciada de los artículos noticiosos por un diseño especial, con una etiqueta que aclara que es “contenido patrocinado”, y una firma genérica con crédito a “Verne” en vez del nombre del reportero.
En su aspecto editorial, Verne ha ayudado a El País a alcanzar nuevas audiencias y a experimentar con nuevas narrativas. “Verne trata temas que tradicionalmente El País no cubriría y lo hace con un tono que le permite conectar con una audiencia más joven”, dice David Alandete Ballester, Director Adjunto de El País. Este enfoque diferente ha demostrado ser contagioso: “Verne ha traído cambios a cómo concebimos las informaciones y cómo las titulamos para asegurarnos un mayor impacto en plataformas sociales”.
Luego de los ataques terroristas de marzo en Londres, El País, por supuesto, cubrió las noticias con actualizaciones periódicas en tiempo real, pero también utilizó un formato que fue pionero en Verne: un ensayo en primera persona, desde el punto de vista de un español que fue testigo del hecho.
Los relatos en primera persona son tan solo uno de muchos formatos inspirados por Verne. Los creadores de Verne escribieron un libro que llaman la Biblia con buenas prácticas para titulares, formatos de historias, y otros conceptos; y revisan este material todos los días para agregar nuevas ideas de forma continua.
Se espera que los miembros de Verne experimenten en plataformas sociales y en nuevos medios. El equipo funciona con una dinámica relajada: votan los mejores títulos, y en vez de seleccionar los temas en reuniones matutinas, las historias surgen de las conversaciones informales entre compañeros. Y producen sólo algunos artículos por día, porque se concentran en la calidad sobre la cantidad.
“El ADN de Verne es estar constantemente probando cosas”, dice Mari Luz Peinado, periodista de Verne, que estuvo a cargo del lanzamiento de la edición Verne México. (Algunos artículos se traducen también al portugués). A la hora de entrenar a estos nuevos miembros de la comunidad, Peinado les transmitió la cultura del grupo, y la importancia de los titulares, la narrativa, la distribución y la escucha constante de redes.
Como resultado, Verne descubrió qué tipo de historias funcionan mejor en cada país. En México, los artículos sobre justicia social, sexismo y cultura indígena son populares. En España, existe un gusto compartido por lo que les sucede a los españoles en el exterior, el idioma español, las noticias sobre las regiones, la filosofía, y la curación de datos sobre cuestiones culturales españolas (como la jornada de trabajo).
Verne está planeando su expansión en nuevas plataformas, especialmente en aplicaciones de mensajería como WhatsApp y Telegram. Pero, pase lo que pase, González dijo que Verne estará listo para lo que venga.
“Somos gente que respeta internet, que aprendemos haciendo y que somos muy flexibles porque esto está en constante cambio”, sintetiza González.